Capitulos

1.Cómo el forro polar se convirtió en protagonista
Un escritor alemán necesita un forro polar rojo ya que llega el frio y necesita pasar muchas horas delante del ordenador al tener que escribir un nuevo libro. Va a unos grandes almacenes y solo  quedaba uno rojo de su talla, que al final compro aunque no le gustaba.

Su editor quiere que escriba un libro sobre globalización. Él tiene las ideas claras de lo que quiere contar pero le falta el protagonista. En Navidades, ve en la televisión un grupo de inmigrantes que llega a las Islas Canarias en barca. Uno de ellos lleva un forro polar rojo y el escritor cree que podría ser el suyo al identificar una mancha que tenía. Esto le da la idea de coger al forro polar de protagonista narrando cómo es posible que un africano lleve un forro polar vendido en Alemania, fabricado en Bangladesh con petróleo de Dubái.

La historia comienza en unos grandes almacenes alemanes  que realizan un pedido de forros polares a una empresa de Bangladesh.

2.La riqueza petrolera de Dubai, o ¿Realmente se puede comprar todo con dinero?
Seguimos la historia en una plataforma petrolífera de Dubái  en el golfo Pérsico donde se extrae el crudo. El crudo es una sustancia fósil producida por materia viva que al morir se deposita en el fondo del mar formando grandes bolsas. A Dubái lleva un barco, Madrás, que es un petrolero donde se carga el crudo. Esto debe realizarse rápidamente ya que cuanto más tiempo tarde e barco en hacerlo, más caro le sale al empresario.

Dubái es un pequeño país de los Emiratos Árabes cuya única riqueza es el petróleo. El nivel de vida de sus habitantes es muy alto pero solo para los oriundos del país. La mayoría de los trabajos los realizan extranjeros  (indios, paquistanís, filipinos) muy mal pagados y  en condiciones muy duras. Los dubaitíes ocupan los puestos directivos y tienen toda clase de lujos (hoteles, pistas de hielo, de esquí…).

3.Los chivos expiatorios de la globalizan: los buques cisterna tienen corazón 

Una vez cargado de crudo el Madrás parte hacia Chittagong, Bangladesh. Pasan por el estrecho de Ormuz, que es la parte más complicada del viaje, salen al golfo de Omán y cruzan el océano Índico.

En el petrolero la vida es aburrida por eso Raúl navega por Internet entrando en foros donde se habla de petroleros y cuestiones energéticas y medio ambientales. El defiende a los petroleros porque son necesarios para abastecer de carburante a todo el mundo. Unos 7.000 surcan los mares transportando crudo a todo el mundo. Comprende los peligros que conllevan los accidentes medio ambientales de estos barcos. Es una persona comprometida y aunque entiende la necesidad del uso del petróleo también invierte en energías renovables.

El Madrás llega a Chittagong, el único puerto con el que cuenta Bangladesh. Allí ven el desguace de los viejos barcos que se realizan con medio muy sencillos y  con muchos accidentes de los trabajadores.

4.¡Huelga general en Chittagong! Todo Bangladesh pendiente de un hilo

En Bangladesh las condiciones de trabajo son durísimas, sueldos muy bajos, precariedad laboral, sin asistencia sanitaria y alta siniestralidad laboral. Mohmin y Kholil que trabajan en la industria del plástico planean hacer la huelga general para pedir aumento de salario y participan en una manifestación organizada en el centro de la ciudad. Como el país depende económicamente de las exportaciones, esta vez el gobierno actúa con mano dura y la policía detiene a Mohmin. Cuando lo sueltan vuelve rápidamente a su trabajo y no le despiden ya que necesitan mano de obra ya que hay un nuevo encargo de fibra sintética para hacer unos forros polares.

El crudo  es llevado a la refinería donde se descompone en diferentes productos (gas, gasolina, alquitrán…) entre ellos el etileno que es el elemento básico del polietileno. Con los plásticos reciclados en Europa y este polietileno se fabrica el hilo de poliéster con la que se fabrican los forros polares.

5.Carretas en tuc-tuc, lluvias torrenciales y el nacimiento de un chaleco de forro polar que no estaba en el programa: la vida cotidiana en la industria textil de Bangladesh

Estamos en Dhaka, la capital de Bangladesh. Hasan en el conductor de un tuc-tuc que se dedica a hacer portes entre la ciudad y las distintas fábricas textiles de la periferia. En una de ellas se dedican a hacer con hilo de poliéster tejido de forro polar. En ella Hasan recoge fardos de forro y los lleva a la tintorería donde los trabajadores (en su mayor parte jóvenes) trabajan con productos químicos peligrosos sin ningún tipo de protección. De la tintorería lleva los fardos  a la fábrica textil donde Taslima, que es una costurera, cose las distintas partes del forro polar durante 12 horas al día en condiciones  durísimas y por un salario miserable.

Para poder terminar el pedido de chalecos terminan por hacer chalecos de color rojo porque no quedaba tela de otro color.

6.En el reino de las oscilantes cajas de hojalata: de viaje hacia Europa en un portacontenedor

Una vez terminado el pedido de forros polares en la fábrica textil los cargan en un contenedor metálico rojo junto con miles de prendas más. La carga dura varios días. Una vez lleno es subido a un camión que lo lleva al puerto de Chittagong donde permanece atascado varios días más. Por fin una grúa lo lleva al Dhaka, que es un porta-contenedores pequeño.

El barco sale del puerto rumbo al sur y cruza el estrecho de Malaca, una zona muy peligrosa porque pueden sufrir ataques de piratas, llegando por fin a  Singapur. Allí descargan el contenedor y en 21 horas es vuelto a cargar en otro barco, el World Star, un porta-contenedores grande con ayuda del ordenador porque es muy complicada la carga ordenada de 8400 contenedores. El barco sale de Singapur rumbo al mar rojo. Atraviesa el canal de Suez. Hace escala en Algeciras. Cruza el golfo de Vizcaya y el canal de la Mancha. Sube por el Elba, llegando a Hamburgo.   

7.De articulo invendible a talismán: un lote especial se convierte en amuleto

En el puerto de Hamburgo el contenedor es examinado por aduanas para comprobar que los datos de la carga son correctos y enviado  al centro de distribución de los Grandes Almacenes X. Allí se sacan los forros polares del contenedor, se clasifican, se etiquetan y se distribuyen a las tiendas. Al ser una prenda barata, se vende muy bien sobre todo los de color marrón y beige de tallas medianas y grandes. Cuando el escritor llega a los almacenes solo quedan de las tallas enormes y rojos de la talla mediana que encima están rebajados por eso lo compra. Como cree que le inspira se lo pone mucho y lo mancha de vino. Como está sucio, su novia lo deposita en un contenedor de ropa usada. De allí es recogido por una empresa de reciclaje que clasifica las distintas prendas según su posible uso. Las prendas que aún se pueden usar son comprimidas en fardos, metidas en un contenedor y enviadas a África.

8.Saqueo de la pesca y trafico de seres humanos: el chaleco rumbo a África occidental

En el puerto de Hamburgo el contenedor es cargado en la bodega del Hannover, un barco que lleva tanto pasajeros como contenedores. El barco zarpa rumbo a África occidental. Atraviesa el canal del Norte y el de la Mancha. Hace escala en Bilbao y en las Palmas de Gran Canaria y llega a Dakar, la capital de Senegal. Allí descargan el contenedor. El dueño del contenedor tarda varios días en poder sacarlo de aduanas, solo lo consigue a base de sobornos. En Dakar, los fardos son vendidos a minoristas que venden las prendas en los mercadillos. En el puesto compra el forro polar Adrane, que es un joven que quiere emigrar a Europa para mejorar su condición económica porque le cuentan que allí es fácil trabajar y hacer dinero.

9.Unos tienen sed y otros no: el momento de la verdad en la playa de Tenerife

Al anochecer los emigrantes se reúnen en la playa y el traficante los apretuja en la barca. Parten hacia Canarias y Adrane lleva puesto el forro polar rojo. Tras varios días de navegación se quedan sin agua ni gasolina y están perdidos. Las condiciones en la barca son horribles, quemados por el sol, sin poder moverse y a punto de morir.

En la playa de Tenerife, los ingleses disfrutan de las vacaciones de Navidad. Desde las tumbonas divisan la barca de los inmigrantes que se acercan lentamente a golpe de remo. Al divisar tierra, algunos inmigrantes se lanzan al agua, pero están muy cansados. Los turistas se echan al mar a socorrerlos y los van sacando a la playa donde les dan de beber. Después llegan las ambulancias y la guardia costera que se hacen cargo de ellos.

10.Perspectivas: cómo podemos cambiar entre todos el final de este relato

El autor ha terminado de escribir el libro y nos cuenta que la historia que ha escrito aun siendo una ficción cuenta con datos verídicos como la existencia del chaleco, los itinerarios de los barcos, las fábricas textiles…

La situación en la que queda Adrame queda en incógnita, pero es de suponer que una vez en Canarias y fuera del centro de internamiento, habrá conseguido llegar a Europa. Por último, hace una reflexión sobre la globalización y el juego limpio en la política comercial donde queda claro que el poder al final lo tenemos todos, los consumidores no los políticos y estadistas.